Consejos de madre
Dar concejos es fácil, seguirlos es lo complicado. Desde pequeña siempre escuché con oído atento todo lo que los adultos me decían, pero de igual manera a los pocos minutos, olvidaba la mayoría de los consejos que ellos me daban. Un poco de terquedad en mi carácter tenía la culpa. Sin embargo, al final el destino de mis pasos en este largo camino de la vida se construyó entrelazando mis propios deseos con los consejos que lograba retener de las personas que me amaban, en especial por parte de mi madre, ya que ella de forma constate siempre me los repetía.
Luego, cuando estudié psicología, aprendí que mejor que dar consejos es ayudar a construir un camino sólido basado en los deseos y necesidades individuales, fortaleciendo el amor propio. Lo mejor es que cada persona consiga tomar sus decisiones de manera autónoma explotando sus potencialidades. Un consejo puede que muestre un fin, pero dependiendo de que tan profundo sea puede mostrar o esconder el camino, que es en realidad lo difícil de estructurar, pero es un buen comienzo. También aprendí que la repetición de una frase interiorizándola durante una terapia puede conseguir el cambio de un patrón de comportamiento, en un proceso que se conoce comúnmente como afirmaciones positivas. Por eso si un consejo se repite de forma constante y en un momento que cause un impacto positivo, se puede convertir en la base de un estilo de vida.
Ahora que soy madre, los consejos se han convertido en mis mejores herramientas para educar a mis hijos, a través de ellos y su repetición cotidiana en los momentos en que considero que son adecuados, estoy segura de que estoy sembrando la semilla de una autoestima fuerte y saludable que los ayudará a sortear los problemas que se les presentarán en la vida.
Soy consciente de que los niños ven la vida de forma diferente a como la vemos los adultos y que ellos asumen sus experiencias con la mentalidad que los padres le inculcan, por eso me esfuerzo cada día para que valoren cada momento desde una perspectiva positiva, tratando de evitar que se dejen influenciar por esta nueva sociedad de afanes y competiciones, donde los seres humanos nos vemos avocados a correr con el día a día sin tener tiempo de mirar a nuestro alrededor y gozar de las cosas importantes, como una sonrisa sincera, una mirada de apoyo o el disfrute de un día de lluvia.
Hoy he decidido compartir con ustedes los siete consejos que siempre le repito a mis hijos y que, estoy segura, les ayudará a convertirse en mejores personas cada día. Espero que muchas madres y padres puedan hacer lo mismo con sus hijos y de esa manera educar niños con alta autoestima, autónomos y felices, porque “si logramos educar mejores seres humanos, podremos construir un futuro mejor para toda la humanidad”.
- No dejes de ser tú mismo: cada persona es diferente y a su vez muy especial, unos tienen unos talentos y los otros, otros. Por eso haz lo que tu corazón te dicte, sueña y lucha por lo que deseas de verdad. Habrá muchos que te critiquen y que te digan que no sirves para hacer algo, evita escuchar a esas personas. Solo tú sabrás en su momento cuáles son tus mejores talentos y podrás desarrollarlos a tu antojo.
- Todo llega a su debido tiempo: estamos en un mundo demasiado acelerado, no te afanes si cuando intentas hacer algo no lo consigues al primer intento, seguro que si lo sigues intentando algún día lo lograrás hacer y mucho mejor de lo esperado. No te afanes por hacer lo que los demás hacen, ellos tienen sus ritmos y tú los tuyos.
- La vida es bella: pase lo que pase, siempre lleva en tu mente y en tu corazón lo bella y hermosa que es la vida. El amor es el regalo más hermoso que tenemos como seres humanos y debemos cultivarlo día a día. Busca siempre lo bueno en todo y la vida te mostrará siempre lo más bello que tiene guardado para ti.
- Eres muy inteligente: eres creativo y estás dotado de talentos que son solo tuyos. Los niños son esponjas y pueden absorber todo lo que ven, lo que escuchan y lo que sienten. Eres especial, único, lindo, listo y talentoso, porque el amor y la seguridad que una persona tiene dentro de sí misma nunca nadie se los podrá robar ni quitar.
- Cuida de ti y de los que te rodean: el amor se demuestra con acciones, no solo con palabras, por eso es necesario cuidar de nuestro cuerpo. Hay que alimentarlo, limpiarlo y fortalecerlo día a día. También es necesario ser prudente en los juegos para no hacerse daño a uno mismo ni tampoco a los demás.
- Es normal cometer errores: nadie es perfecto, y esa imperfección es la que nos hace especiales. Un error solo indica que estás aprendiendo y no importa si te equivocas muchas veces, lo importante es que sigas intentando mejorar sin darte por vencido y yo siempre estaré a tu lado para apoyarte.
- No te limites, persigue tus sueños: no tengas miedo de decir tu opinión, pero hazlo siempre de forma respetuosa. Ahora que eres niño puedes descubrir un mundo ilimitado de posibilidades, prueba hacer lo que te gusta y luego te será más fácil perseguir tus sueños y hacerlos realidad.