Amor de Padre

Pluma


¿Existe alguna diferencia entre el ser madre y el ser padre? ¿Acaso los sentimientos que experimentan los hombres en referencia a los hijos son diferentes a los que experimentan las mujeres?

La verdad es que si, los hombres tienen una manera de proyectar sus sentimientos muy diferente a como lo hacen las mujeres, el amor de un padre esta estrechamente relacionado con el estado de identificación psicoperceptiva que establece con su hijo y  ese estado de identificación se desarrolla en los primeros días de vida del bebé.

Ya sé que este concepto es bastante polémico, establecer diferencias es siempre polémico, pero mi intención al hacerlo es aclarar un poco el panorama psicológico de los padres y ayudarlos a formar niños felices. El amor es un sentimiento individual, cada uno lo siente y lo interpreta a su manera. No pongo en duda que el amor de padre es incondicional, fuerte, sensible e ilimitado. Lo que sucede es que no estoy hablando del sentimiento como tal, estoy hablando de la relación afectiva perceptiva entre un padre con su hij@ y eso si se puede diferenciar.

La madre lleva a su hijo en el vientre durante nueve meses y cuando éste nace la relación afectiva perceptiva ya lleva meses establecida, pues ese nuevo ser no solo existe en su imaginario, sino que ya ha sido percibido como algo real que existe, que vive y que se mueve. El padre por lo contrario vive el embarazo en el campo de lo imaginario y aunque pueda sentir algunos movimientos del bebé a través del estómago de la madre, la percepción físico-afectiva de su existencia solo se establece hasta que se da el nacimiento.

Dependiendo del tiempo y del contacto físico que el padre establezca con su hij@ durante los primeros meses de vida, es que se establece la identificación afectivo-perceptiva con los hijos.

En la antigüedad, y aún hoy, en muchas culturas los hombres son privados de este fenómeno natural, y por eso es que se da un cierto distanciamiento psicoperceptivo entre padre e hij@s. No estoy diciendo que antiguamente los padres amaran menos a sus hijos. Estoy diciendo que el estado de identificación del padre hacia el hijo se establecía desde la distancia y bajo muy poco contacto físico, lo que hacía que el amor de padre se estableciera desde el punto psicológico de lo imaginario y no desde el punto de vista de lo
perceptivo.

Para ser más clara, las madres solemos decir que tenemos un sexto sentido frente a los hijos, solemos decir que podemos percibir mejor las sensaciones de nuestros hijos y eso es debido al prolongado contacto que tenemos con ellos, no solo durante los nueve meses de gestación, sino especialmente por el estrecho contacto madre-hij@ durante sus primeros meses de vida, ya que los bañamos, les cambiamos los pañales, los acariciamos, los masajeamos, les hablamos mirándolos a la cara, les cantamos, los arrullamos, etc.

Los padres que se dedican al cuidado de sus hijos durante sus primeros meses de vida también logran establecer con ellos un estrecho contacto perceptivo, es decir, aprenden a identificar sus sensaciones y a comprender mejor el comportamiento del bebé, y, al igual que una madre, empiezan a tener una especie de sexto sentido que los conecta con sus hijos. Los padres que no realizan estas tareas ya sea por decisión propia o por normas sociales, carecen de ese sexto sentido materno-paterno.

Así que queridas mamás, si es posible, y es de mutuo acuerdo, lo ideal es que el padre, además de acompañar durante el embarazo, también esté presente durante el parto, y que durante los primeros días o meses de vida del bebé se repartan las tareas de cuidado del bebé, de manera que él también le cambie el pañal, le limpie el cuerpo, le cuente cuentos y lo lleve a dormir. Eso aumentará la identificación perceptiva del padre con su hij@ y posibilitará que la madre descanse, generándose un trabajo en equipo. También es recomendable que cuando el bebé empiece a tomar sus primeros alimentos, sea el padre el que lo ayude a alimentar de vez en cuando. De esa manera la percepción psicoafectiva del padre se verá notablemente aumentada y la relación padre e hij@ también.

Gracias.

Dedicado a mi hermana que me sugirió escribir sobre este tema y a mis dos primas del alma que muy pronto serán madres por primera vez. Mil felicidades a ellas y a todas las mujeres que muy pronto experimentarán las mieles de la maternidad.

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